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viernes, 15 de mayo de 2009

vivencias o fábulas

Cuando era pequeña me explicaban mil cuentos de hadas
me daba toda clases de detalles, hasta sus finales
pero nunca me dijeron si fueron reales alguna vez en la vida
o si eran miseras fábulas de lo que a los seres humanos les hubiera gustado tener y sentir.

Muchas de ellas tenían relación con el amor
ese sentimiento fuerte que tenían los personajes hacía el otro
capaces de derribar fronteras con tal de encontrarse con su amado/a al otro lado
dispuestos a entregas su vida por aquella persona.

Pero todo cambia, cuando levantas los ojos de los libros,
cuando los cuentos ya no te los explican, sino que los vives
y tu eres el protagonista de tu propia fábula.

Empezamos por ponernos metas en la vida
que haremos, como viviremos, a quien y de que forma amaremos
pero conforme van pasando los años, nuestras metas se van distorsionando
y pasan a ser añadidos de nuestra vida cotidiana
trabajo, en el que rara vez nos sentimos realizados
hipotecas, las cuales nos pasamos el resto de nuestra vida pagando
y conformismo, mezclado con cariño y necesidad.

Donde están entonces nuestros príncipes y princesas?
porque no vienen a rescatarnos de nuestros torreones o palacios encantados?
y esos ladrones que robaban a los ricos para dárselo a los pobres?
o ese camino de baldosas amarillas que nos llevaba hacia ciudad Esmeralda?

Esta sobre dosis de fantasía con final feliz y tan poco real
ha hecho aumentar el dolor por la decepción, por el fracaso y por la impotencia
sobre lo que en realidad haremos, por donde realmente viviremos
y por quien puramente amemos.

domingo, 3 de mayo de 2009

delirio nocturno

te tengo en mi mente
como cual astilla clavada en el dedo

quiero tu mano en mi cadera
que nuestros pies se entrelacen en el fondo de la cama
rozar tu piel y que tu roces la mía
que nuestras bocas se encuentren en el medio del camino
oír que tu respiración se acelera
acelerar la mía
dejar salir la pasión por cada uno de los poros de nuestra piel
hacer de dos cuerpos uno solo

no quiero tener que esperarte
no quiero tener que olvidarte